El Ama Dablam, en el valle del Khumbu, no es una cima más del Himalaya: forma parte del escenario de una de las más bellas cordilleras del planeta. Localizada estratégicamente a medio camino del campo base del Everest, destaca entre las demás como la pirámide perfecta, quizás una de las siluetas más fotografiadas por el hombre.
Con sus 6.812 metros, el Ama Dablam se eleva orgullosa ante los grandes ochomiles de la tierra: Everest, Lhotse o Makalu, erigiéndose sobre su arista suroeste un impresionante glaciar colgante que, como dicen los nativos, es “el collar de la madre de la perla”.
Para nosotros, expedicionarios y “mountainlovers”, no se trata de un reto deportivo más, buscamos la metafísica de la superación con la escalada más pura conocida, un auténtico enriquecimiento interior para cualquier alpinista. Esta complicada y arriesgada pared conlleva algo más que hacer cumbre, es una aventura cargada de respeto hacia lo que realmente significa el Ama Dablam, la montaña sagrada de los Sherpas.
Durante generaciones los habitantes de estas regiones montañosas de Nepal no sólo nos han acompañado en nuestras aventuras por sus regiones de tierras bajas, valles y alta montaña, también nos han abierto sus casas, nos han alojado mostrándonos sus costumbres y secretos, y por tanto cada paso que demos para alcanzar la cumbre será un homenaje de gratitud al pueblo Sherpa.
Nepal es un país en vías de desarrollo, ubicado en uno de los lugares más hermosos de la Tierra, que cuenta con ocho de las diez montañas más altas del planeta, y donde más de 250 cumbres superan los 6.000 m. de altura. En la actualidad, el montañismo es para Nepal una de sus principales fuentes de ingresos, y por ello debemos ser conscientes del cuidado que merecen las tierras altas y sus gentes.
El terremoto que asoló Nepal durante el pasado abril dejó más de 9.000 muertos, empeorando la las expectativas turísticas para la recuperación económica. La desolación es total, y por ello la mejor forma de ayudar a la comunidad Sherpa es volver a su tierra, y de esa forma mostrar al mundo que sigue siendo un destino seguro, abierto a las más altas experiencias vitales.
Este otoño nuestra expedición volverá a Nepal con un equipo de Sherpas y Sidars. Junto a ellos intentaremos hacer cumbre, pero no seremos los únicos en la zona: figuras actuales del montañismo compartirán campo base con nosotros, como el mítico Carlos Soria, o, sobre las paredes del vecino Nuptse, los irrepetibles Kilian Jornet y Ueli Steck.
En 2015 la bandera de celebración del Día Internacional de las Montañas se elevará a la cima sagrada más elevada conocida, y desde allí enviaremos un afectuoso mensaje de sensibilización en favor de todas las montañas del mundo.
by Jose Ivars-Lopez
Alpinista y miembro de la Expedición Ama Dablam